Cabecera e Politecnica Sostenible
14.06.2023
Ilustración: Ana Cuna


Agricultura sostenible: la solución al reto de alimentar a ocho mil millones de personas de forma saludable y sin agotar los recursos

Diálogo de Carlos-Gregorio Hernández y Antonio Molina sobre los proyectos de agricultura sostenible de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM)

AM: Carlos, los dos llevamos tiempo trabajando en tecnologías y ciencia para el sector agrario ¿Cuál crees tú que es el mayor reto que tiene el sector en los próximos años?

CG: Nunca antes en la historia de la humanidad se ha alimentado a tantas personas, 8 077 millones, como lo hacemos ahora. El reto de la agricultura es, y sigue siendo, proporcionar alimentos suficientes y saludables a toda la población. Pero este reto no puede ser alcanzado  de cualquier manera ni a cualquier coste. El respeto al medio ambiente, el uso correcto de los recursos naturales, el desarrollo socio-económico de las poblaciones rurales y la gobernanza del sistema agroalimentario obligan a realizar una agricultura sostenible. Además, nos vemos obligados a alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible número 2: hambre cero. Vemos, con preocupación, que cerca de 850 millones de personas pasan hambre en el mundo. El problema del hambre es complejo, su solución no solo va a depender de la tecnología disponible, sino también de las relaciones sociales y económicas. Creo que el alcance completo de la Agenda 2030 podrá poner fin a esta lacra. Todos estos retos están muy presentes en la actividad que realizamos desde nuestra Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas. 

 ¿Qué opinas sobre esto?

AM: Estoy de acuerdo en que hay que afrontarlo utilizando todas las tecnologías maduras, seguras y que contribuyan a la sostenibilidad de la producción agrícola. Además, los últimos acontecimientos derivados del incremento de los costes energético y la reducción de la producción de alimentos por razones climáticas (sequías) y geopolíticas (invasión de Ucrania por la Federación Rusa), han mostrado crudamente a la sociedad lo inestable del proceso de producción de alimentos de calidad, y la dificultad de disponer de alimento que podamos comprar a un precio razonable para el sustento y supervivencia de toda la población, y en particular de los mas vulnerables.

Sin embargo, en los últimos años el progreso en el conocimiento y los avances tecnológicos en las áreas de la agricultura, la biología de las plantas y la biotecnología han sido muy notables y disponemos de avances muy notables tanto científicos (p. ej. conocimientos de los genomas de los cultivos y de su interacción con el medio) como nuevas capacidades tecnológicas (p.ej. editar genéticamente los genomas de los cultivos para su mejora acelerada). Además, hay una concienciación sin precedentes de la comunidad científica y de la sociedad de que debemos actuar, como lo demuestran la iniciativa PlantACT! (Hirt et at., 2023) que ha sido lanzada por los mejores investigadores del mundo en el área de la biología/biotecnología de plantas y en la que participa el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP, UPM-INIA/CSIC)

Carlos, ¿Qué impacto estamos teniendo con el enfoque actual de explotaciones agrarias?  

CG: La agricultura es la actividad humana que más superficie ocupa. Aun así la superficie cultivada representa algo más del 10% de la tierra firme. Los mejores suelos ya están siendo cultivados y la frontera agrícola solo avanza en algunas zonas determinadas. Nosotros desde nuestro grupo de cooperación AgSystems hemos trabajado para identificar las causas del avance de la frontera agrícola en la Amazonía[i], para poder diseñar políticas que reviertan el proceso, y es posible desde el diseño de sistemas agrarios sostenibles. La insostenibilidad de los agricultores, sobre todo por la rápida degradación del suelo, les lleva a buscar nuevas tierras para el cultivo.

La cuestión, que no es baladí, es que si la población sigue en aumento y no podemos, ni queremos, poner nuevas tierras bajo la roza del arado, solo cabe aumentar la productividad de la superficie cultivada. La FAO ha llamado a esto la intensificación sostenible[ii]. Creo que la intensificación sostenible es posible hoy en día. El rendimiento medio del conjunto de los cereales en el mundo está cercano a 4 t/ha, hay regiones como África que solo alcanza 1,5 t/ha frente a regiones como norte América que llegan a las 8 t/ha. Eso quiere decir que las herramientas tecnológicas las tenemos, pero desafortunadamente no están al alcance de todos. ¿Qué opinas tu?

AM: Creo que la agricultura ha tenido desde que se creó en el Neolítico, impacto ambiental, ya que se transformaron zonas naturales con una gran biodiversidad en zonas de cultivo con predominio de una sola especie, la cultivada. Además, desde mediados del siglo pasado la introducción del uso de los fertilizantes y de los productos fitosanitarios de síntesis química en la producción agrícola contribuyó a que la producción agrícola fuera menos sostenible. Al mismo tiempo, el uso de estos químicos determinó, junto con los grandes progresos de la revolución genética verde de los cultivos y la creación de nuevas variedades vegetales, que la productividad agrícola se incrementara notablemente. Esto fue esencial para poder hacer frente a una población creciente que se incrementó notablemente entre los años 1950-1990. 

El impacto medioambiental principal de la agricultura moderna lo causa el uso de productos de síntesis química (fertilizantes y fitosanitarios), que están afectando a los suelos, al agua circulante y acuíferos, y en general a las áreas naturales que rodean las zonas de cultivo. Por ello, en la Unión Europea se ha planteado el objetico de reducir el uso de estos productos fitosanitarios de forma drástica (hasta un 50%) en el marco de la Estrategia De la Granja a la Mesa, en la que se ha actualizado la normativa aplicable a estos productos, que data del año 2009 (Directiva 2009/128). Esto supone un gran reto, pero también una oportunidad para el desarrollo de nuevas tecnologías sostenibles basadas en la biología (productos agrobiológicos) y no en la química de síntesis de fitosanitarios y fertilizantes, como indicaré más adelante. Debemos aprender de las plantas y de su interacción con el medio ambiente para desarrollar nuevas tecnologías sostenibles, dado que muchas de las biomoléculas que regulan la fisiología de las plantas y sus respuestas de adaptación a las condiciones ambientales son utilizables en la producción agrícola.

Y todo eso sin tener en cuenta el agua necesaria para hacerlo posible.  Carlos, ¿Qué nos puedes decir de la gestión del agua en la agricultura?

CG: Por otro lado, y lo estamos viendo estos días, el agua es un recurso clave en la agricultura. Los cultivos como todas las plantas transpiran grandes cantidades de agua en su crecimiento. Ese crecimiento es lineal con la cantidad de agua. Creo que aquí hay dos grandes vías de actuación, una en el plano tecnológico-agronómico y otra en el plano de la mejora vegetal-biotecnológico, que es justo tu especialidad.

El ideal de cualquier agricultor es poder controlar el agua a voluntad, creo que no podremos hacer una intensificación sostenible, si el agua que es el recurso que en más cantidad utilizan las plantas, no lo podemos controlar. No voy a extenderme mucho, ya que es un tema, que seguramente sea tratado más adelante, la Comunidad UPMWater, es pionera en este sentido, está formada por un equipo interdisciplinar de investigadores en recursos hídricos, ingeniería, gestión y conservación del agua.

Alimentos, agua, energía es el llamado nexo. La visión del nexo es importante para explicar la sostenibilidad de la agricultura. Si bien la agricultura no es una actividad altamente demandante en energía, comparada con otro sectores, si tiene una gran dependencia[iii].

Antonio ¿Cómo lo ves todo esto como experto en biotecnología?

Yo creo que es importante saber gestionar el agua, sobre todo en países como España, por el consumo que se hace para la producción agrícola. Tenemos un gran margen de mejora en riegos, y en aplicación de mecanismos de adaptación de las plantas a estreses hídricos dado que tenemos un mejor conocimiento de estos mecanismos naturales. Por ejemplo, una de las spin-off de la UPM (Plant Response Biotech SL), de la que yo soy co-fundador, desarrolló y está comercializando una molécula natural que producen las plantas en situaciones de estrés hídrico y que aplicada a cultivos reduce la necesidad de riego en al menos un 30% y protege los cultivos de situaciones de estrés abiótico como el que está sufriendo este año nuestros campos. Esta es una tecnología descubierta y desarrollada en España.

Pero también muy importante, es saber gestionar el de CO2. El impacto de la agricultura en las emisiones de CO2 se debe fundamentalmente al consumo de energía primaria que llevan asociadas las actividades agrícolas. Entre estas se encuentra la producción de fertilizantes sintéticos (Nitrato) que consume una parte significativa de la energía mundial y por ello con la crisis energética su precio se ha incrementado notablemente, limitando su uso en agricultura y la reducción de la producción agrícola. Aunque la actividad agrícola genera emisiones de CO2, las plantas son el principal sistema que tenemos para capturar CO2, gracias a su actividad fotosintética, y por ello en la iniciativa PlantACT! (Hirt et at., 2023) que antes he mencionado tiene entre sus objetivos mejorar la capturar CO2 por las plantas mejorando su eficiencia fotosintética.

La concienciación por la salud de los suelos, que son fuente de vida y biodiversidad, ha quedado plasmada en el nuevo programa de investigación de la Unión Europea (Horizon Europa) con la Misión de Suelos. Esta Misión científico-tecnológica tiene como objetivo entender mejor la interacción suelo-planta-biodiversidad, caracterizar los genomas y diversidad de los microorganismos de nuestros suelos y conservar los suelos, disminuyendo su contaminación. En esta dirección, es muy importante remarcar que algunos de los fertilizantes que estamos utilizando en agricultura y que son esenciales para la producción de alimentos, son finitos, y sus reservas se están agotando, como ocurre con los fosfatos, por lo que debemos mejorar su captación por las plantas estudiando mejor la interacción de éstas con los suelos y sus microorganismos, que es una de las líneas estratégicas de investigación de nuestro CBGP.

¿Cómo lo ves, Carlos?

Efectivamente, para nosotros que trabajamos en agricultura, el CO2 es la molécula de la vida, y podemos hacer una agricultura que fije carbono. Ya lo estamos haciendo, hay muchos cultivos que en el balance fijan carbono, la agricultura baja en carbono es una realidad. Es un reto más, antes no nos fijábamos en este aspecto y, en muchos casos, el saldo era de emisión neta de gases efecto invernadero. Hoy, por ejemplo, diseñamos rotaciones y sistemas de cultivos que incrementan el contenido de materia orgánica en el suelo y por tanto la cantidad de CO2 fijado en el mismo, como hacemos en AgSsytems.

Y no nos olvidemos del impacto que tenemos en la salud de las personas a través de los alimentos.

CG: Efectivamente, si antes hemos hablado de la cantidad de personas que alimentamos, ahora nos toca decir que nunca antes hemos tenido tanda diversidad de alimentos disponibles para la alimentación. La seguridad alimentaria y nutricional forma parte de nuestro trabajo[iv], paradójicamente gran parte de la inseguridad alimentaria se concentra en áreas rurales aisladas, donde la agricultura es su principal actividad económica. Basta con darse una vuelta por cualquier mercado en cualquier ciudad del mundo. Sin embargo, no nos alimentamos bien. La obesidad o la malnutrición parecen ser problemas graves en la población actual.

¿Cómo crees que podemos mejorar esta situación?

AM: Uno de los principales avances en la alimentación es la seguridad para el consumidor, y la mejora de la calidad nutricional de la alimentación. Tenemos acceso a una gran diversidad de alimentos con diferentes propiedades nutricionales, y se han mejorado estas propiedades gracias a la mejora genética vegetal. Los controles y normativas de seguridad alimentaria funcionan muy bien y son muy exigentes, particularmente a nivel europeo, y debemos estar orgullosos de que en este frente de seguridad alimentaria el consumidor ha ido marcando la estrategia con sus exigencias, que luego se han trasladado a las empresas distribuidoras (supermercados), a las autoridades y al productor agrícola. La concienciación social de una alimentación segura y saludable con controles es un avance muy importante de nuestra sociedad que ha determinado por ejemplo el incremento de superficie de cultivo ecológico sostenible. Sin embargo, tenemos por delante retos que afrontar en este campo como la sobre alimentación y sobrepeso de una parte de la población, mitigar las hambrunas y la malnutrición con acciones políticas y estratégicas, reducir el desperdicio alimentario, que no nos podemos permitir, y proporcionar alimento a precios competitivos, para lo cual tenemos que mejorar el rendimiento de los cultivos de forma sostenible, lo que es particularmente difícil en este entorno de cambio climático, pero lo podemos hacer.

Carlos, entonces ¿Qué propondrías?

CG: La ingeniería agronómica ha demostrado que es clave en la producción de alimentos accesibles física y económicamente. Ejemplos los tenemos en cultivos como el trigo o el arroz, o en productos como el azúcar. Consumimos mucho azúcar porque hay mucha disponibilidad, es fácilmente accesibilidad, es muy barata, y además es dulce. Si queremos equilibrar la dieta, tenemos que ver qué ocurre producto por producto, y como la agronomía y la biotecnología puede ayudar a mejorar el equilibro en la dieta. No podemos decirle a la sociedad que coma más frutas y verduras cuando son muy caras, comparado, por ejemplo, con el azúcar. Tenemos que trabajar más el ámbito social del sistema agroalimentario.

Ahora bien, el gran reto agronómico está en el sector de las frutas y hortalizas. Me van a permitir una comparación muy sencilla: si hoy podemos alimentarnos con un euro al día gracias al trigo, tendríamos que gastarnos más de 50 euros para alimentarnos con hortalizas. Yo vengo hablando hace tiempo que estamos en la época dorada de las frutas y hortalizas en España, es el sector que más innovaciones está introduciendo en el mercado. España es y seguirá siendo la huerta de Europa. Este sector además requiere de nuevos planteamientos y más innovación, que van desde el campo a la mesa, pasando por todo el sistema logístico y de distribución, innovaciones que permitan mantener el valor nutritivo y ser sostenible sin encarecer el producto final.

AM: Estoy de acuerdo, además hay varias innovaciones tecnológicas que pueden tener un claro impacto sobre la sostenibilidad de la producción agrícola. Por ejemplo, el desarrollo de nuevos productos agrobiológicos, como biofertilizantes, bioestimulantes y biocidas. Esto es posible gracias a nuestro conocimiento de los cultivos y sus respuestas fisiológicas a las condiciones de su entorno. Por ejemplo, en el CBGP estamos desarrollando microorganismos de la rizosfera de las plantas que mejoran la captación de nutrientes limitantes como fosforo y nitratos y que pueden contribuir a reducir su uso.  De hecho, en un proyecto de colaboración entre el CBGP y el Max-Planck de Colonia, se describió por primera vez un hongo endófito de las plantas que mejoraba la captación de fosfato y adaptación de las plantas (Hiruma et al. 2016). Este uso agrícola de este microorganismo esté protegido por tante y licenciado Plant Response para su comercialización. Igualmente, hemos identificado moléculas derivadas de las paredes celulares de las plantas que permiten regular las respuestas de defensa y resistencia de los cultivos a la carta, disminuyendo el uso de fitosanitarios (Rebaque et al., 2021).

También disponemos de las herramientas de edición genética que nos van a permitir acelerar la mejora de los cultivos de una forma más precisa que los métodos de mejora clásica. La mejora vegetal la llevamos haciendo desde que se inventó la agricultura y gracias a ella tenemos ahora rendimientos por hectárea que eran impensables hace 30 años, y esto gracias a las nuevas variedades. El conocimiento de los genomas de los cultivos y de las funcionalidades de los genes pueden permitir desarrollar y mejorar nuevos cultivos que son básicos en determinadas zonas de África o Asia, pero que tienen una productividad muy baja. Esta mejora vegetal basada en el conocimiento puede acelerar la adaptación de los cultivos. Este conocimiento también puede permitir el desarrollo de nuevas especies silvestres como cultivos, dado que conocemos que genes es necesario modificar para que una planta silvestre se pueda convertir en un cultivo productivo y rentable. Dentro de las tecnologías a implementar es necesario que la biotecnología vegetal tenga un papel central, dado que su contribución con los cultivos modificados genéticamente (OMGs) al desarrollo y producción agrícola es incuestionable como ha reconocido la FAO y otros estudios de la Unión Europea.

Para que estas nuevas innovaciones, tecnologías y productos puedan llegar al mercado y contribuir a hacer que la agricultura sea más sostenible necesitamos un nuevo marco regulatorio y que este éste se adapte a los avances y conocimientos científicos. Por ejemplo, la Unión Europea tiene desde Julio del año pasado una nueva normativa de fertilizantes3, que introduce por primer vez conceptos como biofertillización, uso de microorganismos en fertilización, y el concepto de productos bioestimulantes de la fisiología vegetal, que pueden tener un gran impacto en producción agrícola. Sin embargo, necesitamos avanzar hacía una legislación específica de bioestimulantes (productos naturales de planta y otros organismos que regulan las respuestas fisiológicas de los cultivos), realizar una modificación de la normativa de OMGs para tener una legislación específica para los productos derivados de la edición genética que. en la mayoría de casos, no se deberían considerar OMGs. Además, necesitamos una mejora de la normativa de fitosanitarios que contemple nuestros avances en el conocimiento de la regulación de las respuestas naturales de resistencia de la plantas a enfermedades y plagas.

AM: Carlos, ¿Qué va a ser lo más demandado en el futuro por la población?

CG: No sé quién demanda qué. Estamos en un mundo muy complejo. Las redes sociales, la inteligencia artificial están cambiando como se toman las decisiones. El sistema agroalimentario está también metido en esas turbulencias. A veces parece un sálvese el que pueda. Por un lado, llega un mensaje que hay que comer menos carne roja, pero por otro, tenemos que seguir manteniendo las vacas en la dehesa y en los sistemas de pastoreo en extensivo si queremos conservar los ecosistemas de alto valor natural. Hay que volver otra vez al equilibro, a la dieta diversa, la dieta mediterránea como ejemplo de sostenibilidad. En la que las legumbres tienen un papel destacado. Las leguminosas son esas plantas extraordinarias (https://www.upm.es/UPM/SalaPrensa/Noticias?fmt=detail&prefmt=articulo&id=6788f355e4e48510VgnVCM10000009c7648a____) que hemos ido olvidando en nuestros sistemas agrarios y en nuestra alimentación, está bien que se pongan de moda otra vez como fuente de proteína vegetal. Tenemos que tomar nota de lo que están haciendo en otros países como Australia o Canadá. No es solo una cuestión de políticas agrarias, si no que tenemos que tener las herramientas tecnológicas y biotecnológicas que permitan mejores producciones en estos cultivos. Se da la paradoja que hoy en día en España se obtienen más proteína de los cereales, gracias a la fertilización nitrogenada, que de las leguminosas para una misma unidad de superficie.

Por otro lado, tenemos que reclamar más certificación de las formas de producir los alimentos. El consumidor debe saber cómo se ha hecho lo que está comprando. Está bien que se certifique que es agricultura ecológica, y el consumidor sabe que está comprando, pero el resto también, es el momento de trabajar en esa igualdad.

¿Qué opinas?

AM: Yo creo que las demandas que están clara es que la producción debe ser sostenible y el alimento de calidad y barato. Esto es un reto tecnológico. Por otro lado, debemos ser más eficientes en la optimización de las calorías alimentarias producidas. En esta dirección, creo que la tendencia en determinados mercados y países es a disminuir el consumo de proteína animal y reemplazarla por la vegetal, aunque esto no debe ser una imposición. Creo que es muy importante el que reduzcamos el desperdicio alimentario, y para ello la labor de concienciación social entre los más jóvenes es esencial. No podemos estar con la bandera de la sostenibilidad y luego tirar el 10-20% de la comida de nuestros platos a diario o de nuestros frigoríficos.

Carlos, ¿Qué crees que podemos hacer para contribuir a la agricultura sostenible desde la Universidad Politécnica de Madrid?

CG: No me voy a extender. Pero si voy a señalar que se está haciendo a tres niveles: académico, investigador y de transferencia del conocimiento. En el ámbito académico, en la docencia, la sostenibilidad aparece tanto directa como indirectamente, hay numerosas asignaturas, grados y másteres universitarios que tratan los sistemas agrarios sostenibles (másteres como Tecnología Agroambiental para una Agricultura Sostenible, Economía Agraria, Alimentaria y de los Recursos Naturales, Estrategias y Tecnologías para el Desarrollo: la Cooperación en un Mundo en Cambio, Planificación de Proyectos de Desarrollo Rural y Gestión Sostenible AGRIS MUNDUS, son un ejemplo), la agricultura sostenible está en el currículo de los egresados de la UPM. Por otro lado, la investigación nutre ese valor académico, bien a través de sus centros de investigación (Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales -CEIGRAM– y Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas –CBGP-) o de los grupos de investigación o sus investigadores. Como son muchos me centraré en comentar lo que hacemos en el Grupo de sistemas agrarios (AgSystems) y en el CEIGRAM, al que pertenezco, el profesor Antonio Molina nos ha mostrado buenos ejemplos del CBGP. Nuestro objetivo como grupo es el diseño de estrategias para alcanzar la sostenibilidad de los sistemas agrarios en las condiciones actuales y futuras, trabajando tanto en campo como en la simulación matemática de sistemas de cultivo y agrarios, hemos desarrollado modelos específicos como el Modelo Dehesa o el modelo MOCA. Formamos parte del consorcio AGRISOST que es un programa I+D+i, financiado por la Comunidad de Madrid y la Unión Europea, para el desarrollo de sistemas agrarios sostenibles, en el que también participan el CSIC-INIA, la UAM, el CIEMAT, empresas del sector y asociaciones de agricultores entre otros. Esta participación de organizaciones del sector agroalimentario nos permite enlazar con el tercer ámbito, que es la trasferencia de conocimiento, es decir llevar los resultados de investigación y los avances en sostenibilidad al sector. Aquí también nos apoyamos en otras estructuras de la universidad como es el centro de Innovación y Tecnología para el Desarrollo Humano (ITD), por ejemplo estamos trabajando junto con la FAO y la AECID en el desarrollo de buenas prácticas agrícolas para la gestión integral del riesgo a desastres y la agricultura sostenible adaptada al clima (https://www.fao.org/3/cb4486es/cb4486es.pdf https://www.fao.org/documents/card/es/c/cb4404es/) lo que nos permite amplificar el impacto alcanzado, en este caso en zonas rurales del corredor seco mesoamericano, y contribuir al desarrollo de las metodologías de evaluación de la sostenibilidad[v].

Y vosotros, ¿en qué estáis trabajando para innovar en este sentido?

En el caso del CBGP, un centro mixto entre la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el INIA (ahora integrado en el CSIC), estamos trabajando en varias áreas estratégicas de investigación e innovación tecnológica como son: i) la adaptación de los cultivos a las condiciones ambientales cambiantes; ii) la Nutrición vegetal; iii) la Biología Computacional y de Sistemas y Genómica; y iv) la Biología Sintética y Bioingeniería de cultivos.  Estos programas están financiados por fondos nacionales, internacionales y de empresas/fundaciones, incluida la Fundación Bill y Melinda Gates. Además, en el caso del CBGP disponemos del reconocimiento como Centro de Excelencia Severo Ochoa por el Ministerio de Ciencia e Innovación, lo que nos proporción fondos adicionales para desarrollar estos programas de forma cooperativa tanto internos (programa Misiones-CBGP) como internacionales. La gran complejidad de las cuestiones biológicas a abordar en el desarrollo de cultivos más sostenibles hace necesario el tener equipos multidisciplinares con diferentes experiencias. En el plano internacional el CBGP ha cerrado y esté ejecutando proyecto en cooperación con el Cluster of Excellence in Plant Science (www.ceplas.eu) de Alemania, y hemos creado el Centre for Plant-Environment interactions (CEPEI) con dos institutos de prestigio de la Chinese Adademy of Sciences (CAS). Tenemos en marcha 12 proyectos de cooperación internacional muy ambiciosos, que les va a permitir a nuestros estudiantes de doctorado estar en contacto con los mejores laboratorios e investigadores del mundo.

En el plano de la innovación el CBGP ha lanzado su programa CBGP-Sustainable Solutions con el objetivo de acelerar la innovación y la transferencia de conocimiento desde nuestros grupos de investigación al mercado. Una de las acciones más importantes en esta dirección ha sido la creación de la Joint Research Unit con Tradecorp de la multinacional Rovensa, para el desarrollo de nuevas soluciones sostenibles para la agricultura. Además, hemo seguido fomentando la creación de empresas spin-off/start-ups, como la mencionada Plant Response Biotech, así como FAIR Data Systems y Genomics4All. Creemos que este modelo de emprendimiento acelera la transferencia de tecnologías al mercado como se ha demostrado con Plant Response Biotech.

En resumen, en el CBGP creemos que una ciencia de excelencia es la base para un desarrollo tecnológico y para esta misión contamos con unas instalaciones de vanguardia en el Campus de Montegancedo de la UPM, que invito a visitar. Esta actividad intensa y excelente de I+D+i, y nuestro compromiso con la formación de los profesionales del futuro del sector de la agricultura y la biotecnología, me permiten ser muy optimista de que podremos afrontar los retos planteado en esta conversación que hemos mantenido

CG y AM: Pues está claro que la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) está comprometida con la agricultura sostenible y está bien posicionada para proporcionar a la sociedad, y al sector agroalimentario en particular, las herramientas necesarias para la trasformación sostenible, sin dejar a nadie atrás.

Carlos Gregorio Hernández Díaz-Ambrona: carlosgregorio.hernandez@upm.es

Antonio Molina Fernández: antonio.molina@upm.es

Referencias

[i] Véase por ejemplo: Heredia-R Marco, Torres Bolier, Vasseur Liette, Puhl Laura, Barreto Deniz, Díaz-Ambrona Carlos G. H. 2022. Sustainability Dimensions Assessment in Four Traditional Agricultural Systems in the Amazon. Frontiers in Sustainable Food Systems 5 (Article 782633): 1-22. https://doi.org/10.3389/fsufs.2021.782633

Heribert Hirt, Salim Al-Babili, Marilia Almeida-Trapp, et al. 2023. PlantACT! – how to tackle the climate crisis. Trends in Plant Science, 28: 537-545. https://doi.org/10.1016/j.tplants.2023.01.005

Heredia-R, M.; Torres, B.; Cabrera-Torres, F.; Torres, E.; Díaz-Ambrona, C.G.H.; Pappalardo, S.E. 2021. Land Use and Land Cover Changes in the Diversity and Life Zone for Uncontacted Indigenous People: Deforestation Hotspots in the Yasuní Biosphere Reserve, Ecuadorian Amazon. Forests, 12 (11), 1539. https://doi.org/10.3390/f12111539.

Heredia-R, M., Torres, B., Cayambe, J., Ramos, N., Luna, M., & Diaz-Ambrona, C. G. 2020. Sustainability Assessment of Smallholder Agroforestry Indigenous Farming in the Amazon: A Case Study of Ecuadorian Kichwas. Agronomy Basel, 10(12), 1973. https://doi.org/doi:10.3390/agronomy10121973

Heredia M, Torresa B, Alemán R, Bravo C, Hernández Díaz-Ambrona, C 2020. SAFA and GeoGebra Allies to Evaluate Natural and Cultural Sustainability: Yasuni Biosphere Reserve. International Journal on Advanced Science, Engineering and Information Technology, 10 (2): 880-887. https://doi.org/10.18517/ijaseit.10.2.10867

[ii] Por ejemplo: Tituaña, A.; Heredia-R., M.; Torres, B.; Valencia, L.; Vanegas, J.; Cordero-Ahiman, O.V.; Toulkeridis, T.; Puerres, D.; Diaz-Ambrona, C.G.H.; Cayambe, J. Innovation with Lagoon Sediments for Soil Conservation and Sustainable Intensification in the Ecuadorian Andes. Biol. Life Sci. Forum 2021, 3, 9. https://doi.org/10.3390/IECAG2021-10026

[iii] Maletta, E.; Hernández Díaz-Ambrona, C, 2020. Lignocellulosic crops as sustainable raw materials for bioenergy. En Alain A. Vertes, Nasib Qureshi, Hans P. Blaschek, Hideaki Yukawa (eds) 11 may. 2020 – 704 páginas: Green Energy – Chapter 20. John Wiley & Sons, pag. 489-514. ISBN: 978-1-119-15202-6. https://doi.org/10.1002/9781119152057.ch20

[iv] Arnés, E., Astier, M., Marín-González, O., Díaz-Ambrona C.G.H.  2019.  Participatory evaluation of food and nutritional security through sustainability indicators in a highland peasant system in Guatemala.  Agroecology and Sustainable Food Systems, 43(5): 482-513, https://doi.org/10.1080/21683565.2018.1510871

Arnés, E., Díaz-Ambrona C.G.H., Marín-González, O., Astier, M. 2018. Farmer Field Schools (FFSs): A tool empowering sustainability and food security in peasant farming systems in the Nicaraguan highlands. Sustainability 2018, 10(9), 3020; https://doi.org/10.3390/su10093020

Marín-Gonzalez, O.; Parsons D.; Arnes-Prieto E.; Díaz-Ambrona, C.G.H. 2018. Building and evaluation of a dynamic model for assessing impact of smallholder endowments on food security in agricultural systems in highland areas of central America. Agricultural systems, 164: 152–164. https://doi.org/10.1016/j.agsy.2018.02.005

[v] Díaz-Ambrona, C., Ruiz-Ramos, M.,Rodríguez, L., Urquijo, J., Puigdueta, I., Postigo, J.L., Sánchez, E., Juárez, L., Moreno, J., Minelli, M., Llauger, R.E., López, D., Vanni, B. 2021. Análisis de buenas prácticas en la agricultura. Sistemas productivos familiares del Corredor Seco Centroamericano. Ciudad de Panamá, FAO y UPM. https://doi.org/10.4060/cb4404es

FAO y UPM. 2021. Metodología para el monitoreo y evaluación de buenas prácticas en agricultura para la adaptación al cambio climático y la gestión integral del riesgo de desastres. Panamá. https://doi.org/10.4060/cb4486es

Hernández Díaz-Ambrona, C.G.; Cruz Macein, J.L. 2018. Hambre cero y alimentación sostenible: el papel de la investigación agraria para el desarrollo. Editorial Agrícola Española, Madrid, 128 pp. http://oa.upm.es/55149/

Kei Hiruma, Nina Gerlach, Soledad Sacristán, y col. (2016). Root Endophyte Colletotrichum tofieldiae Confers Plant Fitness Benefits that Are Phosphate Status Dependent. Cell, 165 (2):464-74.  doi: 10.1016/j.cell.2016.02.028

Rebaque, D., del Hierro, I., Lopez, G. Bacete, L., Vilaplana, F., Dallabernardina, P., Pfrengle, F., Jordá, L.,  Sanchez-Vallet, A., Pérez, R., Brunner, F,  Molina, A., Mélida, H. (2021). Cell wall-derived mixed-linked β-1,3/1,4-glucans trigger immune responses and disease resistance in plants. The Plant Journal, 106:601-615.

3Regulation (EU) 2019/1009 of the European Parliament and of the Council of 5 June 2019 laying down rules on the making available on the market of EU fertilizing products.

Consulta todos los números de