Cabecera e Politecnica Sostenible

«Si seguimos persistiendo en este modelo de desarrollo, estaremos abocados al colapso de nuestra civilización»

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Carlos Mataix

Carlos es Profesor Titular del Departamento de Ingeniería de Organización, Administración de Empresas y Estadística de la ETSI Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Desde que comenzó sus estudios de doctorado ha enfocado su actividad hacia el estudio y la práctica de las redes de colaboración entre organizaciones. Estuvo en comisión de servicios en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y ha sido profesor visitante en varias universidades europeas y latinoamericanas. Actualmente dirige el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de nuestra Universidad (itdUPM)

Pregunta. Explícanos qué es y qué hace el itdUPM y qué rasgos lo hacen singular en la UPM y en el conjunto de las Universidades españolas

Respuesta. El itdUPM nació en 2013 con el objeto de construir un espacio interdisciplinar, que estuviera al servicio de nuestra Universidad, en el que nacieran iniciativas innovadoras basadas en la colaboración entre disciplinas diferentes, alineadas con la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Somos una especie de incubadora. Pero a diferencia de las tradicionales incubadoras de negocios que promueven proyectos empresariales individuales, el itdUPM diseña sus servicios y su ecosistema para generar proyectos basados en alianzas entre conocimientos y entre organizaciones.

Por ejemplo, incubamos y aceleramos alianzas para el acceso a la energía en campos de refugiados -como la Alianza Shire-, o desarrollamos plataformas de múltiples actores para la transformación sostenible de nuestras ciudades -como en el caso del programa “Deep Demonstration” con la ciudad de Madrid.

En estas iniciativas, la UPM no solo aporta sus capacidades en materia tecnológica y de investigación, sino que, al mismo tiempo, por medio del itdUPM, la UPM se comporta como un “hub” que adapta y conecta el conocimiento científico y técnico a las necesidades de las organizaciones públicas, privadas y sociales implicadas en la transformación. De este modo, aumenta el impacto final de la investigación, preparándonos para el nuevo marco de investigación europeo, que ya no se conforma con ir “de la idea al mercado”, sino que ambiciona a llegar “de la idea a la sociedad”.

El enfoque de sistemas es bien conocido en muchas de las disciplinas que ofrecemos en nuestra universidad. Nos sirve muy bien para entender que el crecimiento material no puede mantenerse indefinidamente en un planeta que es físicamente finito

P.¿Quién forma parte del itdUPM?

R. En estos años el itdUPM ha evolucionado y ha crecido mucho. Hoy alberga a una extensa comunidad de profesores, e investigadores de nuestra universidad, pertenecientes a áreas de conocimiento muy diversas. Todas estas personas están representadas en el Consejo de Centro, que preside el Rector y que cuenta ya con más de 250 miembros.

Para la gestión de esta comunidad, y para facilitar la relación con las numerosas organizaciones socias del itdUPM (empresas, administraciones y organizaciones sociales) contamos con un equipo técnico, financiado con los proyectos de capital público y privado que genera el Centro, al que llamamos “equipo integrador”, que hace posible el funcionamiento del “hub” al que me refería antes -un verdadero ecosistema de personas, de organizaciones y de proyectos-.

Personalmente estoy muy satisfecho de comprobar cómo el itdUPM se ha consolidado como un centro transversal, complementario a otras estructuras de nuestra Universidad, como son los grupos y los centros de investigación. Además, nuestras prioridades de trabajo están completamente alineadas con las estrategias y las iniciativas de la UPM en materia de sostenibilidad y de Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estamos comprobando que en la UPM podemos llegar muy lejos cuando actuamos coordinada y colaborativamente, y ponemos el foco en nuestra contribución a la transformación sostenible.

P.Has sido una persona clave en la promoción de los ODS en España, no solo en el ambiente universitario y académico, y además tienes relación con muchas organizaciones públicas y privadas ¿por qué crees que los ODS son clave en el momento presente y futuro?

R. El enfoque de sistemas es bien conocido en muchas de las disciplinas que ofrecemos en nuestra universidad. Nos sirve muy bien para entender que el crecimiento material no puede mantenerse indefinidamente en un planeta que es físicamente finito. Es aquí donde radica la base del problema central que tiene que resolver nuestra generación: hemos construido un sistema de producción y consumo que nos ha traído mucha prosperidad, pero que está asentado sobre una hipótesis falsa, sobre la ilusión de que es posible el crecimiento material indefinido.

Si seguimos persistiendo en este modelo de desarrollo, estaremos abocados al colapso de nuestra civilización. La Agenda 2030 no es más que un ejercicio de anticipación, inspirado en la evidencia científica, porque estamos cerca de un punto de no retorno.

Por eso necesitamos con urgencia reimaginar nuestras infraestructuras, nuestras ciudades, nuestros sistemas de producción, distribución y consumo. Tenemos que hacerlo para proteger, primero, a las personas, y para proteger al mismo tiempo a nuestros ecosistemas de un deterioro que pone en peligro nuestra propia subsistencia.

No podemos seguir pensando que economía y ecología son conceptos contrapuestos. Tenemos que descartar este falso dilema de nuestro imaginario. Y al hacerlo descubriremos que la reconstrucción guiada por el “Green Deal” -que es una declinación de la Agenda 2030 en Europa- nos ofrece un enorme potencial para avanzar hacia sociedades más prósperas, basadas en economías más limpias y desmaterializadas (más circulares) y, sobre todo, socialmente más inclusivas. La recuperación de la crisis de la COVID tiene que ir en esa dirección, por eso pusimos en marcha recientemente “El Día Después”.

El día después será

Cuando los alumnos nos ven comprometidos con los ODS, ven que no solo hablamos de sostenibilidad, sino que nuestras investigaciones están comprometidas con la búsqueda de respuestas tecnológicas a sus desafíos, el efecto es mucho más profundo.

P. Y para la UPM, ¿qué suponen los ODS? ¿Qué te gustaría que nuestra Universidad reforzara o tuviera más en cuenta?

R. Es obvio que la ingeniería y la arquitectura representan un papel decisivo en este cambio de modelo, y creo que la investigación y la docencia que ofrece la UPM ha empezado a moverse ya en esta dirección.

En el último año se han puesto en marcha iniciativas realmente importantes, como los Seminarios ODS de Investigación, la creación de la Red de Nodos ODS en las Escuelas, o el compromiso de descarbonización de nuestros Campus aprobado por el Consejo de Gobierno. Son solo algunos ejemplos de lo que se está haciendo ya, y creo que vamos en la buena dirección.

La adopción de la Agenda 2030 en nuestra estrategia y en nuestra operación tiene, además, un efecto muy positivo al interior de la propia Universidad. Iniciativas como las que he citado están creando nuevos espacios de colaboración entre grupos, centros y escuelas. Pueden llegar a ser el remedio ideal para superar la fragmentación y los silos que nos empobrecen, nos ralentizan, y, sobre todo, limitan nuestra capacidad de contribución a la sociedad. Y puede ser la base de un proyecto común estimulante y aglutinador, que nos una internamente y que nos haga reconocibles socialmente como una Universidad comprometida con su tiempo.

Los Deep Demonstrations of change son las plataformas que estructuran hoy este KIC. En estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, hemos logrado que nuestra ciudad sea una ciudad demostradora para alcanzar la neutralidad climática en el año 2030, en el Deep Demonstrations of Healthy and Clean Cities, cuyo diseño estamos facilitando desde el itdUPM

P. ¿Qué les dices a tus alumnos de la ETSII en relación con los ODS? ¿Qué es lo más importante que deben retener e integrar en su acervo para su futura carrera profesional?

R. No creo mucho en el poder transformador de la clase magistral. Por supuesto que podemos y debemos inspirar a nuestros alumnos con una buena clase o una conferencia. Pero lo más importante es transmitir con el ejemplo. Cuando los alumnos nos ven comprometidos con los ODS, ven que no solo hablamos de sostenibilidad, sino que nuestras investigaciones están comprometidas con la búsqueda de respuestas tecnológicas a sus desafíos, el efecto es mucho más profundo.

Tampoco creo que debamos decirles que esto es cosa suya, que ellas y ellos son quienes tendrán que enfrentarse a estos problemas. Debemos actuar con el alumnado, que es más consciente de lo que a veces creemos, de la complejidad y la fragilidad del mundo que les estamos entregando.

Nuestros Campus tienen que llegar a ser un laboratorio vivo de sostenibilidad, conectado con nuestra ciudad y nuestra sociedad. Hace falta descarbonizar los campus, pero en el proceso es fundamental descarbonizar también los planes de estudio, dando más peso a las tecnologías limpias, a una valoración profunda del triple balance económico, social y ambiental, y a cuestionar elementos del modelo anterior que, aunque a corto plazo funcionen, a medio y largo plazo serán dañinos.

Las empresas y las organizaciones empleadoras cada vez demandan más a aquellas personas que a una formación técnica sólida (como la que da la UPM) suman una capacidad de visión sistémica, y una actitud propositiva y creativa, que ayude a conectar el negocio con las tendencias sociales más importantes.

Posiblemente la Comunidad Universitaria de la UPM desconoce el proyecto Climate KIC. Deep demonstration Madrid, ¿en qué consiste? ¿qué significa para la ciudad de Madrid?

R. La UPM entró a formar parte de Climate-KIC en 2018. Desde el itdUPM hemos tenido una actividad intensa en el programa, y hemos logrado situar a la UPM como uno de los socios más reconocidos. Es un programa atípico en el marco de los proyectos europeos, por su ambición de impacto social y sistémico. Premia iniciativas de escala y multi-actor, centradas en apoyar directamente a los responsables de políticas públicas a los que llama “challengue owners”.

Los Deep Demonstrations of change son las plataformas que estructuran hoy este KIC. En estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, hemos logrado que nuestra ciudad sea una ciudad demostradora para alcanzar la neutralidad climática en el año 2030, en el Deep Demonstrations of Healthy and Clean Cities, cuyo diseño estamos facilitando desde el itdUPM con ayuda de investigadores especializados en diferentes ámbitos de transformación tales como infraestructuras verdes, calidad del aire, movilidad o datos.

Alcanzar la neutralidad climática no es una tarea fácil para las ciudades. Implica conseguir que los edificios sean neutrales en emisiones, que la electricidad provenga de fuentes renovables, reducir la movilidad motorizada y convertirla en eléctrica, etc. Hasta ahora, los planes tradicionales de reducción de emisiones han estado ligados a trayectorias de largo recorrido basadas en cambios incrementales y tecnologías ya existentes. Sin embargo, los indicadores de cambio climático han demostrado que estas orientaciones no son efectivas para alcanzar unas transformaciones profundas y a tiempo.

Hace falta crear espacios, recursos, ideas y liderazgo en torno a un cambio más urgente y transformador que alcance a todos los sistemas de la ciudad. Y un cambio de este calado requiere nuevas formas de involucrar a la ciudadanía, demanda reforzar conductas colectivas diferentes, cambiar la inercia de los mercados e innovar con políticas urbanas que apalanquen el cambio, entre otras. La UPM, a través del itdUPM, está siendo el aglutinador de todo ello.

P. ¿Y para la UPM?

R. El Deep Demonstration está abriendo un espacio de oportunidad para que, en los próximos diez años, la UPM se sitúe en la vanguardia de la transformación de las ciudades. Partimos de un acervo impresionante de investigadores, grupos y centros que llevan décadas trabajando con nuestras ciudades. Ahora tenemos la ocasión de conectar todo esto y poder abordar con éxito la enorme complejidad del cambio de las ciudades (Objetivo 11 de los ODS) combinando inteligentemente innovación tecnológica, con innovación social, con innovación regulatoria y con innovación financiera.

Hace más de diez años que la UPM es para el Ayuntamiento de Madrid un proveedor de conocimiento experto en áreas como urbanismo, calidad del aire o movilidad. Pero hasta ahora este conocimiento se proporcionaba por lo general a través de estudios y proyectos únicos y disciplinarios. Fue en 2017 que la UPM, a través del Centro de Innovación y Tecnología para el Desarrollo (itdUPM), propuso al Ayuntamiento de Madrid comenzar un proceso de colaboración más amplio y a largo plazo, basado en la posibilidad de interconectar acciones y proyectos que generalmente están desconectados; conceder a los funcionarios del ayuntamiento un papel activo en los procesos de investigación e innovación; e incluir en el proceso de cocreación e implementación a otros actores públicos, privados y sociales.

Para una universidad pública como la UPM, el Deep Demonstration representa la oportunidad de contribuir a políticas públicas sobre lucha contra el cambio climático desde una posición nueva y de colaborador y codiseñador. Y a través del itdUPM, la universidad está jugando un papel de institución intermediaria, diseñada para facilitar la investigación y la innovación aplicadas interdisciplinarias y de múltiples actores.

P. El iTD ha lanzado la serie de seminarios y talleres el “El día después será” con participantes de relieve y diversos, y una gran acogida de centenares de personas que se han inscrito y participado. Dinos tres o cuatro cosas que serán distintas en el mundo en septiembre de 2020 y en adelante con respecto a todos los septiembres anteriores.

R. Realmente nadie sabe -y yo aún menos- qué va a pasar y cómo será el mundo post-COVID. Lo que sí sabemos es que el futuro, a medio y largo plazo, va a depender en gran medida de las decisiones que estamos tomando ahora. Como dijo la secretaria general iberoamericana Rebeca Grynspan en uno de nuestros eventos, el corto y el medio plazo comienzan en el mismo momento. Con ese espíritu nació El Día Después: activar desde ahora la inteligencia colectiva para provocar en el medio y largo plazo una transformación sistémica hacia la sostenibilidad. La Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible representa la hoja de ruta a seguir para que -colectivamente- salgamos reforzados de esta crisis.

Venimos de un mundo de relaciones transaccionales (“yo doy, tú me das”), y tenemos que evolucionar hacia relaciones verdaderamente transformadoras, donde todos asumimos riesgos, compartimos beneficios, y todos apuntamos a un objetivo superior, la transformación. 

P. ¿Qué papel deben jugar las universidades, y en concreto, la UPM en la Agenda 2030?

R. En cualquier situación de crisis necesitamos refugio. En un terremoto buscamos aquel edificio construido con criterios sísmicos, en un tsunami buscamos el espacio más alto al que no llegue la ola. En esta crisis también necesitamos refugios. Refugios donde poder interpretar lo que sucede, que es muy complejo e incierto, con la mejor combinación de saberes disponibles; refugio donde se creen las condiciones para un diálogo sereno que es la base para la acción concertada entre actores muy diferentes, y refugio que no se vea arrastrado por el ruido y la polarización extrema que parece avanzar. A mí me gustaría que la universidad pública cumpliera esa función de espacio refugio, del cual surgieran los pactos y los consensos que tanto necesitamos.

P. Aún queda mucho camino para el cumplimiento de los ODS. En tu opinión, ¿cuál o cuáles son los más complicados de abordar y alcanzar en general, y desde las universidades en particular?

R. El itdUPM, como infraestrutura de colaboración, opera en el ODS17, que es el de las alianzas para lograr el resto de los ODS. Es el objetivo habilitador de toda la Agenda.

Venimos de un mundo de relaciones transaccionales (“yo doy, tú me das”), y tenemos que evolucionar hacia relaciones verdaderamente transformadoras, donde todos asumimos riesgos, compartimos beneficios, y todos apuntamos a un objetivo superior, la transformación. Si tenemos éxito, ganaremos todos, y mucho, porque habremos sido capaces de anticiparnos y transformar a tiempo un modelo de producción y consumo que nos conduce a un colapso seguro, y que genera mucha desigualdad.

El ODS17 reclama esa colaboración intensa y abierta. Las alianzas son las nuevas infraestructuras institucionales que necesitamos para abordar problemas complejos que, a día de hoy, no tienen una solución técnica posible mediante proyectos convencionales.

P. De los 17 ODS, ¿en cuál o cuáles puede aportar más la UPM?

R. En realidad, a través del programa “Seminarios UPM: Tecnología e Innovación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, la comunidad investigadora de la UPM ya está respondiendo a esta pregunta, al menos en cuánto puede aportar desde la investigación.

Según algunos sondeos que hicimos (cuyos resultados pueden verse en la web de los seminarios), los ODS a los que más contribuye la UPM son el ODS 11 “Ciudades y comunidades sostenibles” (el 25% de los investigadores lo ha identificado como el ODS principal al que contribuye su investigación), el ODS 9 “Industria, innovación e infraestructura” (20%) y el ODS 17 “Alianzas para lograr los objetivos” (10%).

También han puesto en evidencia que tenemos mucho que aportar en el ámbito del cambio climático (ODS 13, “Acción por el clima”), que ha resultado ser un tema transversal en la investigación de la UPM y, lo mismo ocurre con el ODS4 (“Educación de calidad”).

P. Por último, nos gustaría preguntarte, la UPM ha hecho un gran esfuerzo en materia de cooperación internacional ¿qué pasa con los países más pobres en este escenario?

R. La Agenda 2030 ha cambiado nuestra percepción sobre el desarrollo. La división tradicional entre un Tercer Mundo pobre que sufre el azote de la miseria, y un Primer Mundo desarrollado que debe transferir renta y conocimiento para luchar contra el subdesarrollo, hoy no sirve. Todos los países tenemos que emprender la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo y de prosperidad que sea sostenible: social, ambiental y económicamente.

Por eso una nueva cooperación internacional resulta más importante que nunca. Estamos comprobando que la globalización ha acentuado nuestra interdependencia, y ya la protección de las personas no puede asegurarse desde el marco del Estado Nación. Nuestra seguridad alimentaria, sanitaria o ambiental, depende de que seamos capaces de actuar solidaria y coordinamente en el ámbito multilateral. Este es quizás uno de los principales mensajes que nos deja la crisis de la COVID.

Por todo ello, la acción internacional de nuestra Universidad resulta hoy más decisiva que nunca, y en ella nos jugamos gran parte de nuestro futuro. Ésta no puede limitarse a los acuerdos para la movilidad de estudiantes o a la elaboración de títulos conjuntos, cuestiones sumamente importantes, por supuesto. La UPM tiene que anticiparse y construir una posición en el cambiante escenario internacional de la educación superior, ya que éste va a sufrir una tormenta casi perfecta, puesto que, al mismo tiempo, las demandas sociales cambian muy rápido, los recursos públicos escasean, y la digitalización cambia las reglas del juego e intensifica la competencia. Creo que estamos en condiciones de anticiparnos, ofreciendo algo único y diferenciado, tomando los ODS como marco de referencia.